Existen numerosos parásitos que pueden hospedar el tracto gastro-intestinal humano desde los más simples protozoos como las entoamebas a los más complejos helmintos. Entre éstos podemos destacar, por su incidencia en nuestro entorno, las tenias (Taenia solium), los áscaris (Ascaris lumbricoides) y los oxiuros (Enterobius vermicularis).
La fitoterapia pone a nuestra disposición una serie de plantas medicinales con propiedades antihelmínticas capaces de matar o expulsar estos parásitos en caso de infecciones leves o moderadas o como ayuda a los tratamientos convencionales sin provocar algunos efectos secundarios típicos de éstos como dolores de cabeza, náuseas, etc. y sin interferir con otros medicamentos.
Ajenjo (Artemisa absintium): con principios amargos como la absintina y anabsintina ha sido tradicionalmente empleado como vermífugo potente para la infestación por áscaris y oxiuros.
Nogal -nuez-(Juglans regia): la corteza verde de los frutos de nogal, por su contenido en derivados naftoquinónicos como la hidrojuglona, se utiliza para expulsar los parásitos intestinales.
Clavo (Caryophyllus aromaticus): el Clavo contiene esencia a la que se atribuyen propiedades antihelmínticas y larvicidas.
Ajo (Allium sativum): la presencia de alicina y sus productos de transformación en el Ajo es la responsable de su actividad antihelmíntica especialmente frente a oxiuros.
Tomillo (Thymus vulgaris): la esencia de Tomillo contiene timol, antiséptico intestinal y antihelmíntico.
Centáurea menor (Centaurium erythraea): también llamada “hiel de tierra” por su fuerte amargor, contiene principios amargos en abundancia como un secoiridoide, el eritaurósido, y otras sustancias relacionadas con los swertiamarósidos de la genciana. Es un excelente estimulante de las secreciones gástricas y la motilidad.
Boldo (Peumus boldus): los extractos de Boldo tienen acción digestiva. Además la boldina ha mostrado propiedades antihelmínticas.